26 de diciembre de 2017

Comedores de basura flotantes en Baltimore

Conocido popularmente como Sr. Trash Wheel, esta máquina solar flotante limpia la basura del Inner Harbor de Baltimore. Tan linda como eficaz, el Sr. Trash Wheel tiene forma de caracol y la capacidad para recoger bolsas de plástico, envases de espuma de poliestireno, colillas de cigarrillos y cualquier otro desecho que se le acerque.
 
 
 
 
 
 
 
 



En sólo 18 meses de trabajo, el Sr. Trash Wheel ha eliminado 350 toneladas de basura del puerto. Casi 200.000 botellas, 173.000 bolsas y 6,7 millones de cigarrillos, además de otra basura más difícil de contabilizar.
 
El primer prototipo fue creado por el ingeniero John Kellett, con la intención de encontrar una solución a la contaminación del agua después de ver la basura flotando en el Inner Harbor. Después de un pequeño ensayo y error, y un prometedor pero insuficiente primer prototipo, Kellett obtuvo el apoyo de la Asociación del agua de Baltimore, una ONG que apoya la legislación ambiental y tiene como objetivo hacer la zona un destino verde, seguro y agradable para las personas y los animales. Ese fue el impulso definitivo para su proyecto. Actualmente hay dos máquinas funcionando.














Utiliza paneles solares y la corriente del río para mover una noria, que activa una cinta transportadora. La basura, que se consigue gracias a las barreras flotantes de contención, se enreda y se levanta girando las horquillas antes de subir a la cinta transportadora. La cinta transportadora lleva la basura y otros desechos por la correa, hasta depositarlos en un contenedor de basura. Una vez que el contenedor de basura está lleno, es remolcado a una estación de tránsito, y el Sr. Trash Wheel sigue comiendo basura.
 
Esta foto no deja lugar a las dudas en cuanto a su efectividad, el antes y después del puerto de Baltimore:

 
Aquí puedes verlo en acción:
 

12 de diciembre de 2017

Vertedero invisible

Cada año se vierten entre 7 y 23 millones de toneladas de basura a los mares y océanos. Tres cuartas partes de esa basura marina se arroja durante los meses de verano.
 
Los mares y océanos se han convertido en la alfombra del planeta bajo la cual se han barrido durante años los desperdicios escondiéndolos así de las miradas críticas. Las corrientes marinas y las grandes extensiones de agua han diluido la concentración de las basuras arrojadas al mar. Sin embargo, las corrientes oceánicas crean un efecto circular, como el de un desagüe, que ha ido concentrando durante años esa basura flotante creando vertederos en alta mar, alejados de los ojos desde la costa pero no por ello con efectos menos devastadores.
 
 
Un reciente estudio internacional que ha sido coordinado por la Universidad de Cádiz, revela que las corrientes marinas actúan igual que una gran cinta transportadora que acaba llevando estas cantidades ingentes de basura hasta Groenlandia.
 
El estudio internacional ha sido el fruto de la colaboración entre dos programas de investigación marina global –Tara OceansExpéditions 2009–2014 (Francia) y Expedición Malaspina 2010 (España)– y la investigación ha estado dirigida por el profesor Andrés Cózar, del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz, con la participación de 12 instituciones de ocho países.
 
Este nuevo estudio muestra cómo los mares de Groenlandia y Barents (al este de Groenlandia y norte de Escandinavia) están acumulando grandes cantidades de residuos plásticos que son transportados hasta allí desde el Atlántico. El equipo que encabeza el profesor Cózar ya demostró que cada uno de los cinco giros oceánicos subtropicales actúan como grandes zonas de convergencia de residuos plásticos flotantes; y en otro estudio reciente demostraron también que mares semicerrados con alta población, como sucede en el Mediterráneo, son áreas de acumulación de plástico.
 
Los buques suelen evitar en sus trayectos una zona del Océano Pacífico donde hay poco viento y mucha presión atmosférica, situada a unas 500 millas de la Costa de California en torno a la isla de Hawai. Pero en 1997, durante un crucero de Los Ángeles a Hawái, el oceanógrafo norteamericano Charles Moore cruzó este vórtice poco transitado y descubrió con estupor una inmensa isla flotante de detritus. La bautizó como la sopa de plástico y ya se ha calculado cuánta basura marina contiene: 100 millones de toneladas de residuos y sobre todo, lo más espectacular, cuanto mide: 1.760.000 kilómetros cuadrados, lo que supone tres veces la superficie de la península ibérica. Fue la primera en detectarse pero no ha sido la única. El Océano Atlántico también tiene su inmensa isla de basura marina; se encuentra equidistante de Europa y América en el Atlántico norte, mide 700.000 kilómetros cuadrados (el equivalente a cuatro veces la superficie de Uruguay).
 
«Tradicionalmente el mar ha sido considerado como un gran medio de dilución, donde el enorme volumen de sus aguas actuaba como un gran saco que asimilaba todo lo que recibía, sin que se percibiese un efecto negativo en la calidad de sus aguas o afecciones en su flora y fauna», explica el biólogo Óscar Esparza, responsable del programa marino de la organización ecologista WWF.

1 de diciembre de 2017

Descubren un hongo capaz de eliminar el plástico en el mar

Un grupo de investigadores de la Universidad portuguesa de Aveiro ha descubierto que el hongo denominado 'Zalerion maritimum' es capaz de degradar los plásticos que se acumulan en el mar, convertidos en las últimas décadas en una de las grandes amenazas medioambientales.
Según explicó a Efe la coordinadora de la investigación, Teresa Rocha Santos, "se trata de un hongo que habita en algunos mares y océanos, como el Atlántico", tanto en las costas de Portugal como en las de España, además de en algunos territorios, como Australia.
 
Lo que el grupo de investigadores ha comprobado es que dicho hongo es capaz de acabar con los plásticos en un corto período de tiempo. Se trataría, por tanto, de "la primera solución ecológica jamás descubierta para combatir los plásticos de los océanos", según un comunicado emitido por la universidad.
 
Para comprobar la eficacia, el 'Zalerion maritimum' fue aislado en un laboratorio donde se creó un medio similar al del mar, contaminado con plásticos. En siete días, el hongo consiguió reducir el 77 % de los plásticos que se habían introducido en el ensayo. Los investigadores que trabajan en el proyecto aseguraron que éste es el primer paso para la resolución del problema de la contaminación marítima que generan los plásticos.
 
En la actualidad, los expertos envueltos en el estudio están analizando las enzimas del hongo porque, en teoría, son las causantes de la degradación de los plásticos. El siguiente paso sería el del cultivo en masa del 'Zalerion maritimum', con el fin de que se pueda usar de forma controlada en aquellas zonas contaminadas por los plásticos.
 
Sin embargo, "habría que definir bien cuáles serían las aplicaciones que tendría el hongo, si se cultiva en masa, para no generar un posible problema", argumentó Rocha Santos. Según la Universidad de Aveiro, la producción anual de plástico en el planeta supera los 300 millones de toneladas y "el reciclaje falló, ya que no se dio una solución a la eliminación de los residuos de plástico, que constantemente se acumulan en el medioambiente".
 
El 'Zalerion maritimum', de aspecto esponjoso y blanquecino, supondría "un proceso barato y amigo del medioambiente" para eliminar los plásticos del mar. Además, "el uso de este hongo evitaría la introducción de tecnologías sofisticadas en el mar", ya que es capaz de sobrevivir en el mar a temperaturas que oscilen entre los 16 y los 25 grados centígrados, según Rocha Santos.
 
En los últimos años, numerosos investigadores se han involucrado en la búsqueda de soluciones a la contaminación de plásticos en el mar, ya que se calcula que cada año se acumulan en los océanos 8 millones de toneladas de plásticos. Incluso, se prevé que, de no variar la tendencia, en 2050 habría más cantidad de plásticos que de peces.